miércoles, 1 de octubre de 2014

SIGNIFICADO HISTÓRICO DE LA REVOLUCIÓN CHINA

mao-zedongEn el 65º Aniversario de la proclamación de la República Popular China

Por: Mikel Koba.
Especial para TP.- El 1º de octubre de 1949 se constituía oficialmente la República Popular China, segunda victoria fundamental del comunismo tras el triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917.

Este hecho tuvo y tiene enormes repercusiones en la marcha de la Humanidad hacia el socialismo y el comunismo. Tras haber fracasado en los años 20 los intentos de extender la Revolución a Occidente (Alemania, Finlandia, Hungría, Italia, España…) se confirmaba la tesis de Lenin sobre las posibilidades revolucionarias en el “eslabón débil de la cadena imperialista”.
El imperialismo se atrinchera militar y socialmente en sus metrópolis en torno a la OTAN, G-7 y Unión Europea, pero los pueblos triunfan en su “periferia” (no se tome peyorativamente): Mongolia, China, Vietnam, Corea. Europa del Este, Cuba, Siria, Yemen, Angola, Mozambique… La victoria bolivariana desde 1998 no es sino otra confirmación de la misma tesis leninista.
Pero la victoria china es especial por la dimensión gigantesca de este país asiático, por su población, que en 1949 era de 600 millones, por su profundidad histórica y también porque en ninguna parte del Mundo los comunistas han tenido un apoyo popular tan masivo como allí. Estos hechos cambiaron la correlación de fuerzas de manera decisiva a favor del socialismo marxista-leninista, ya favorable con los éxitos que obtuvimos tras la Segunda Guerra Mundial.
El marxismo-leninismo fue la respuesta idónea a los problemas profundos de la sociedad china que, sobre todo, desde el siglo XIX venía sufriendo una grave decadencia económica y social, aprovechada por el imperialismo occidental y japonés para lanzarse vorazmente en su contra. El derrocamiento de la dinastía imperial china en 1911 no resolvió la necesidad de expulsar a los ocupantes imperialistas, de liquidar el semi feudalismo, unir al país, liberar a la mujer y modernizar la economía. Tras las guerras del Opio, ingleses, franceses y otros controlaban las aduanas y puertos, cobraban impuestos, saqueaban los recursos y destruían la muy pequeña industria. Las amplias masas estaban sumidas en una miseria inaudita.
Táctica y estrategia
El camino de la Revolución china fue difícil. Elemento clave es el nacimiento del Partido Comunista en 1920 a la sombra de la victoria soviética y de la Internacional Comunista (I.C.). En aquel momento nacieron asimismo otros Partidos Comunista en el Asia colonizada: Indonesia, Siria y Líbano, Turquía, Palestina, Irán… El Partido, siguiendo la recomendación de la I.C. de construir un frente con los nacionalistas burgueses consecuentes, se alió al Partido del Pueblo del gran revolucionario Sun Yat-sen. Pero cuando el poder en tal partido lo toma una camarilla de señores de la guerra lo primero que hicieron fue masacrar a miles de comunistas en Shanghái en 1927.
Esto obligó al Partido a replantear su táctica y estrategia, replegarse al campo, basarse en las amplias masas campesinas y militarizarse como única forma de asegurar la victoria.
Daban comienzo 20 años de esforzada Guerra Popular, primero contra los militaristas japoneses invasores y, después, contra las fuerzas feudales apoyadas por el imperialismo. El Partido creó el Ejército Popular de Liberación (EPL) que hoy continúa siendo su brazo armado y objetivamente es el núcleo de defensa del socialismo chino. En el Partido se produjeron fuertes luchas internas que culminaron con la victoria de los dirigentes que formaron la primera generación en el poder: Mao Zedong, Chu En-lai, Bo Xibo, Chen Yun, Liu Shao Chi, Zhu Deh y otros a partir de 1935.
El Partido opta por una transición larga al socialismo después de haber estudiado con detenimiento las condiciones sociales, económicas y políticas de su complejo país. Es el deber de todo comunista. Cuando hay camaradas que cuestionan la llamada “vía no capitalista” deben saber que la aplicación creativa de la teoría marxista-leninista de la transición en las condiciones chinas dio lugar a la línea acertada de la “Nueva Democracia”.
Obviamente las condiciones diferentes de cada país o región del Mundo exigen la misma aplicación creativa que dará lugar a vías propias. De manera que es incorrecto afirmar que ni el comunismo como formación económica-social ni el socialismo triunfaron al proclamarse la Republica Popular en 1949.
En los primeros años los comunistas se esforzaron en resolver el problema fundamental de la tierra, destruir las tradiciones reaccionarias, rechazar la agresión imperialista en Corea y crear un marco político nuevo y original de Alianza entre las clases revolucionarias en el poder que no eran sólo la diminuta clase obrera industrial sino también el amplio campesinado, la intelectualidad patriótica e incluso la burguesía nacional que había apoyado no a la derecha sino al propio Partido Comunista durante la guerra civil.
Tránsito complejo
Fundamental para el inicio de la construcción planificada y la industrialización fue la alianza estrecha con la Unión Soviética. Mientras vivió Stalin la alianza no tuvo fisuras. La ruptura vino al rechazar el PC chino las escandalosas resoluciones anti estalinistas del triste XX Congreso del PCUS en 1956. Rechazo justo pero que dio inicio a una desviación grave que causó muchas desgracias tanto al pueblo chino como al movimiento comunista internacional. El investigador comunista belga Peter Franssens ha analizado las razones vinculadas a la propia historia específicamente china que explican el giro ultraizquierdista que se concretó en el “Gran salto adelante” y la “Revolución cultural proletaria” (1966-1976).
El llamado “maoísmo” ha influido muy negativamente en la Revolución latinoamericana (Perú, Colombia, Ecuador, Argentina…) y provocó la ruptura entre China y la URSS que favoreció mucho al imperialismo. Chinos y soviéticos estrechamente unidos hubiesen golpeado la hegemonía imperialista y tal vez la URSS se hubiese salvado. Los comunistas latinoamericanos –como Eduardo Gallegos Mancera, Carlos Rafael Rodríguez y el mismo Che– hicieron grandes esfuerzos para reconciliar a Moscú y Beijing que la arrogancia de un Mao senil hizo infructuosos.
Al morir Mao en 1976 el Partido dirigido por Deng Xiao Ping logró enderezar el rumbo y depurar a los ultra maoístas, aunque la inercia ultraizquierdista le llevó a agredir militarmente al Vietnam heroico en 1979.
La reforma económica iniciada en 1978 ha hecho de China Popular una potencia que le arrebata hegemonía industrial, comercial y tecnológica al imperialismo. El destino del socialismo en el Planeta depende en gran medida de las evoluciones de China, su dinámica social y la fortaleza de las posiciones de los comunistas en medio del renacimiento de una burguesía burocrática y privada que aspira a tomar plenamente el poder y hacer del país una potencia capitalista. Los camaradas que acusan a China de ser “imperialista” no analizan con la debida seriedad esos complejos fenómenos.
Tenemos confianza en el futuro socialista de China como respaldo mundial a la lucha contra el feroz imperialismo.

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