jueves, 21 de mayo de 2015

EDUARDO GALLEGOS MANCERA ¡COMUNISTA EJEMPLAR!

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Eduardo Gallegos Mancera (1915-1989)

 «Roja mi vida toda, / moriré –ténganlo  por seguro– de muerte roja» Eduardo Gallegos Mancera
Por: Diego Peñalver. Especial para TP
Mencionar el nombre de Eduardo Gallegos Mancera, a 100 años de su nacimiento, y ver lo que fue su vida, nos hace pensar en todas las cualidades que debe tener un verdadero militante comunista.
Nació en la Parroquia La Candelaria, de Caracas, el 24 de mayo de 1915. Proveniente de una familia de origen adinerado por parte de los Mancera, quienes tenían grandes latifundios en Caracas que abarcaban desde Santa Mónica hasta La Rinconada; los Gallegos eran poco menos acaudalados, pero su padre y su tío llegaron a tener haciendas e ingenios azucareros en Guatire, estado Miranda.
Su padre, José Antonio Gallegos Rivero, por enfrentarse a la dictadura de Juan Vicente Gómez estuvo preso en La Rotunda y en el Castillo Libertador de Puerto Cabello, en la década de 1920.
Tras 20 años de la dictadura gomecista, durante las apasionantes jornadas estudiantiles de febrero, octubre y noviembre de 1928, que dejarían honda huella en la historia política nacional, el camarada Eduardo era apenas un adolescente, tenía sólo 13 años para el momento de la Semana del Estudiante, pero ya ese año su primera actividad política fue la distribución clandestina del Periódico El Imparcial, dirigido por el poeta Andrés Eloy Blanco. Al año siguiente, se presentó a las puertas de la Prefectura de Caracas a entregarse en solidaridad con los estudiantes presos, pero las autoridades menospreciaron la seriedad de tan valiente decisión del joven adolescente y lo ignoraron.
Estudió en el Colegio “La Salle”, donde comprendió la hipocresía de las religiones organizadas; el mercantilismo que veía en los curas, la discriminación racial y de clase social que prevalía en aquella escuela, lo llevaron a convertirse en ateo a temprana edad.
gallegos-IMAG-1Líder estudiantil
Inició sus estudios de medicina, en 1934, en la Universidad Central de Venezuela (UCV); el movimiento estudiantil comenzaba a resurgir después de la muerte de Gómez en 1935, dirigido por la Sociedad de Estudiantes de Medicina de la cual Eduardo fue Secretario de Interior, luego Vicepresidente y por último Presidente, además de fundador de la revista estudiantil SEM.
Al poco tiempo se reorganizaron los Centros de Estudiantes de Derecho e Ingeniería y se propusieron reconstruir la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV); el camarada Eduardo también fue elegido presidente de esta última. Igualmente participó en 1936 en la organización de la Federación de Estudiantes de Organizaciones Políticas (FEV-OP), que se diferenciaba de la FEV original en que esta última era meramente estudiantil.
gallegos-IMAG-4La masacre del 14 de febrero de 1936, en la Plaza Bolívar de Caracas, obligó al gobierno de Eleazar López Contreras a replantear sus posturas gomecistas respecto a los partidos políticos; tras la aprobación de la Ley de Orden Público, mejor conocida como “Ley Lara”, presentada por el ministro del Interior Alejandro Lara, comenzaron a estructurarse organizaciones de izquierda como el Partido Republicano Progresista (PRP) dirigido por comunistas (el PCV, fundado en la clandestinidad en 1931, estaba ilegalizado por el inciso 6º del Artículo 32 de la Constitución), el Bloque Nacional Democrático (BND) en el cual participaban personas de distintas corrientes progresistas incluyendo destacadamente a los comunistas, y el Movimiento de Organización Venezolano (ORVE) de tendencia socialdemócrata, embrión de Acción Democrática (AD).
Gallegos Mancera, junto a otros estudiantes y líderes políticos, organizó una huelga indefinida contra el gobierno para el 9 de junio de 1936; fue capturado junto a dos decenas de personas que participaban en el Comité Organizador; el ente responsable de la captura fue la Brigada de Investigación Política y Social dirigida por el infame Pedro Estrada. Fue encarcelado en El Rastrillo y posteriormente trasladado a la cárcel El Obispo; en sus calabozos se planteó la utilización de otras fórmulas de acción legal como lo fue el Partido Democrático Nacional (PDN).
En octubre de ese mismo año ocurrió la asamblea constitutiva del PDN como espacio integrador de las organizaciones de izquierda (PRP, BND, ORVE, FEV-OP y el Frente Obrero). Eduardo se involucró profundamente en la nueva organización y pasó a formar parte de su Dirección Nacional.
gallegos-IMAG-7En 1937 recrudeció la represión contra los comunistas y los militantes de izquierda; en febrero fue ilegalizado el PDN y todas las organizaciones que lo integraban junto a sus periódicos; además fueron expulsados del país 47 dirigentes políticos y sindicales en el buque-vapor “Flandre”. Los camaradas Eduardo y su hermano José Antonio “Totón”, fueron enjuiciados por su participación en actividades comunistas, pero ambos fueron absueltos por la gran pericia de sus abogados. Desde entonces, el PDN pasó a funcionar en la ilegalidad.
Siendo todavía estudiante, mostró su preocupación por la salud de los miles de trabajadores que llegaban a la Caracas de mediados de los años 30, donde empezaban a aparecer las primeras barriadas de “ranchos”, y participó en la formación de las primeras Juntas Pro-mejoras de los Barrios.
El 8 de agosto de 1937 se reunió en Maracay la Primera Conferencia Nacional del PCV, donde se decidió el funcionamiento autónomo y público del Partido de la clase obrera: los comunistas decidieron “Dar la cara”. La Conferencia exhortó a quienes tenían ideas comunistas y militaban en partidos policlasistas que comenzaran a militar en su propio Partido, el Partido Comunista. Entre quienes acataron ese llamado tempranamente se cuenta a Eduardo, para entonces Secretario de Organización del PDN, ingresando formalmente al PCV antes de finalizar el año.
En abril de 1938, pasó a formar parte del primer Comité Regional del PCV en Caracas; para ese momento formaba parte además de la Fracción Estudiantil del PCV, antecedente directo de la Juventud Comunista de Venezuela (JCV).
gallegos-IMAG-9Se forja un militante
En abril de 1939 participó en la II Conferencia Nacional del PCV, en la que se expulsó a un grupo fraccionalista; poco después, en agosto, ya recién graduado como médico, fue enviado por el Partido al estado Monagas, para dirigir y reconstruir el PCV, que atravesaba dificultades organizativas desde su fundación en 1934; esta tarea no sería fácil, ya que debía cumplirla clandestinamente bajo la fachada de su empleo como médico de la Unidad Sanitaria. Durante su tiempo en Monagas, formó parte del Comité Regional del PCV, logró la organización de nuevos sindicatos en Caripito, Quiriquire y otros campos petroleros, además de la fundación de varias Ligas campesinas. También cumplió tareas partidarias en otras zonas cercanas, como El Tigre en el estado Anzoátegui. En Maturín conoció a Enriqueta Cabello, con quien contrajo matrimonio y quien fue su compañera de toda la vida.
Durante la III Conferencia Nacional del PCV, celebrada en enero de 1941, hubo fuertes debates que giraron en torno a los expulsados por la Conferencia anterior, y que concluyeron con su readmisión en el Partido, aunque, irónicamente, no se produjo la autocrítica correspondiente por parte del grupo fraccional.
Entre 1940 y 1944 Eduardo se dedicó a actividades organizativas y propagandísticas partidarias a nivel nacional; en esta época empezó a usar su seudónimo “Arturo Villa”. Además, ejerció su profesión como médico en la populosa parroquia El Valle de Caracas, donde se hizo conocido y respetado por atender al pueblo a menudo sin cobrar; se adentraba con su típico maletín de medicinas hasta los caseríos más humildes a atender a quien más lo necesitaba, lo que lo convierte en el precursor de lo que hoy conocemos como Misión “Barrio Adentro”.
Su labor en la parroquia El Valle lo llevó a ser uno de los candidatos más votados en toda Caracas en las elecciones municipales del 22 de octubre de 1944, a las que se presentó como candidato por la organización Unión Popular Venezolana (UPV), fachada legal de los comunistas durante el gobierno de Isaías Medina Angarita. En total, los comunistas agrupados en UPV obtendrían 3 concejales en Caracas durante esas elecciones.
gallegos-IMAG-6Firme antirevisionista
Durante la IV Conferencia Nacional del PCV se dieron fuertes debates sobre el browderismo, Eduardo alzó su voz denunciando esa tendencia como revisionista y liquidacionista, que nada tenía que ver con el marxismo; estuvo entre los primeros en América Latina en denunciar a Earl Browder, con el apoyo de varios camaradas como Pedro Ortega Díaz.
Poco después de celebrada la Conferencia, ocurrió finalmente la división del PCV en tres grupos, dos de tendencia browderista y un tercer grupo minoritario, denominado “Grupo No”, encabezado por Eduardo y Pedro Ortega, que no suscribía las posiciones de los dos sectores mayores y actuaba a favor de la reunificación del Partido.
El 9 de octubre de 1945 finalmente fue legalizado el PCV al ser eliminado el inciso 6º del Artículo 32 durante la reforma constitucional realizada por el gobierno de Medina Angarita; el 18 de octubre el presidente Medina fue derrocado por un Golpe de Estado planificado por AD. La casa de Eduardo fue allanada en los días posteriores al golpe. No obstante, la V Conferencia del Partido se realizó en la legalidad.
Los miembros del “Grupo No” hicieron un  gran esfuerzo por unificar al Partido; después de varios infructuosos intentos de reunir a los tres sectores, se decidió enviar a Eduardo a Cuba en una misión de búsqueda de apoyo internacional en el Partido comunista cubano, entonces llamado Partido Socialista Popular (PSP). De esta manera, sin proponérselo, Gallegos Mancera entró al ruedo de las relaciones internacionales, del cual no se retiraría por más de 40 años.
El 25 de mayo de 1946 se reunieron por primera vez los tres sectores, y acordaron realizar el Congreso de Unidad de los Comunistas en diciembre de ese año. Este I Congreso del PCV se realizó con relativo éxito, después de una profunda autocrítica y denuncia de las ideas revisionistas y liquidacionistas del browderismo. Quienes persistieron en rechazar la unificación del Partido, se constituyeron en el Partido Revolucionario del Proletariado (PRP); éste desaparecería en 1952, tras lo cual algunos de sus miembros volvieron al PCV haciéndose una fuerte autocrítica, quienes así lo hicieron, como Cruz Villegas o Rodolfo Quintero, jamás volverían a abandonar el Partido.
Gallegos Mancera participó en el Segundo Congreso del PCV, en 1948, durante el breve gobierno de Rómulo Gallegos (primo hermano de su padre); este evento ayudó a cohesionar la todavía frágil unidad del Partido. A principios de 1949 empezó a trabajar en el Movimiento por la Paz, presidido por el General José Rafael Gabaldón.
gallegos-IMAG-8Represión y tortura
Tras el derrocamiento de Gallegos, el PCV mantuvo una precaria legalidad hasta la huelga petrolera de 1950. Desde entonces, los dirigentes del Partido fueron constantemente perseguidos y acosados por la dictadura militar, la publicación de Tribuna Popularprohibida, y Eduardo resultó encarcelado varias veces entre 1950 y 1953 en la Cárcel Modelo de Caracas.
La VI Conferencia del PCV, en abril de 1951, significó un gran éxito en la historia del PCV; su propia realización en una cueva en las montañas de Yaracuy en medio de la clandestinidad y la represión, demostró la capacidad organizativa del Partido y que sabía movilizarse con eficacia en cualquier circunstancia. Eduardo fue uno de los primeros en llegar a la cueva donde se realizó la Conferencia, la cual decidió acentuar la lucha contra la dictadura perezjimenista y designar como Secretario General a Jesús Faría, dirigente obrero preso a raíz de la huelga petrolera del año anterior.
Unas semanas antes de las elecciones convocadas para el 30 de noviembre de 1952, Eduardo, desde la más cerrada clandestinidad, se reunió con el dirigente de AD Alberto Carnevali, buscando una alianza para apoyar la candidatura de Jóvito Villalba de Unión Republicana Democrática (URD) contra el dictador Marcos Pérez Jiménez. Carnevali aceptó la alianza a pesar de que Rómulo Betancourt desde Nueva York torpedeaba la unidad de comunistas, adecos y urredistas contra la dictadura. Villalba ganó holgadamente las elecciones, y en la tarde de ese domingo Pedro Ortega y Gallegos Mancera, comisionados como representantes del PCV, fueron a la sede de URD a decirle a Villalba que era necesario sacar las masas a la calle a defender el voto popular, pero éste, ingenuamente, prefirió reclamar su victoria ante las autoridades de la dictadura; fue apresado y posteriormente desterrado a Panamá, y Pérez Jiménez fue fraudulentamente proclamado triunfador.
Días antes de que se celebrara en Caracas la infame Décima Conferencia Interamericana, de 1954, Eduardo fue arrestado; el 13 de octubre de ese año fue presentado ante la prensa como el máximo dirigente del PCV por el jefe de la Seguridad Nacional (SN) Pedro Estrada, quien 15 días más tarde recibiría una condecoración del Departamento de Estado de EEUU “por su labor en la lucha contra el comunismo”.
Eduardo fue sometido durante 26 días a brutales torturas bajo la dirección de Miguel Silvio Sanz, agente de la SN, la cual era asesorada por el FBI. Estas torturas, que pretendían doblegarlo, le dejaron secuelas para toda su vida como la pérdida de visión del ojo izquierdo y el perforamiento del tímpano, además de intensos dolores de espalda. Fue sometido asimismo a simulacros de fusilamiento y amenazas a su esposa e hijos. El camarada Eduardo cumplió con su deber de comunista: preferir la muerte a la traición. Este episodio quedó reflejado en el libro “La muerte de Honorio”, de Miguel Otero Silva. En noviembre de 1954 fue trasladado a la cárcel en Ciudad Bolívar, de la que no saldría hasta el 25 de enero de 1958.
Siempre fiel
Al salir de la cárcel le fue encargada la Secretaría de Relaciones Internacionales del PCV, recorriendo más de 80 países en representación de nuestro Partido a lo largo de casi tres décadas. Durante el periodo de 1962 a 1966, cuando el PCV intentó una insurrección armada frente a la arremetida represiva de los gobiernos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, Eduardo viajó por casi todo el mundo con unos 33 pasaportes falsos, promoviendo campañas  de solidaridad con los presos políticos en Venezuela y en apoyo a la lucha librada por las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). En esta época conoció personalmente y entabló amistad con numerosos dirigentes del movimiento comunista internacional, como Mao Tse Tung, Ho Chi Minh, Kim Il Sung, Rodney Arismendi, Luis Carlos Prestes, Fidel Castro y Che Guevara, entre muchos otros.
Una de sus tareas de mayor responsabilidad durante esos años fue su visita a Vietnam en plena guerra, y su encuentro con Ho Chi Minh el 2 de septiembre de 1965; el encuentro fue llevado a cabo a las 6 de la mañana, por medidas de seguridad para evitar la posibilidad de un bombardeo por la aviación estadounidense. Durante esa visita, el camarada Ho Chi Minh le pidió a Eduardo que sirviera de intermediario con los líderes de la República Popular China para que permitieran el envío de cohetes soviéticos de última generación pasando por territorio chino.
En 1968, fue electo Senador por Unión Para Avanzar (UPA), organización que servía como la fachada legal del PCV para las elecciones de ese año, ya que, aunque la lucha armada había concluido casi dos años antes, el Partido todavía se encontraba ilegalizado.
Durante toda la década de los años 70 se dedicó a las actividades internacionales y organizativas del Partido; en 1975 publicó su obra más conocida, el poemario “Ancho río, alto fuego”, que llegó a editarse en varios idiomas.
A mediados de los años 80, mientras dictaba una conferencia en Maturín, sufrió un doble infarto que puso en peligro su vida; se recuperó tras varias semanas en terapia intensiva, y poco después renunció a su cargo como Secretario de Relaciones Internacionales. Se dedicó entonces a escribir todas las semanas para Tribuna Popular; una serie de sus artículos de esta época fue recopilada en el libro “Las cualidades del dirigente”. En 1987 publicó el poemario “Sol solo sol”.
Por último, Eduardo fue Director de Tribuna Popular, desde el 29 de enero de 1988 hasta su fallecimiento el 3 de julio de 1989, cuando dejó de latir su corazón de acero que le había ganado tantas batallas a las torturas, persecuciones y hasta a la muerte.
Eduardo Gallegos Mancera murió como vivió: fiel a la ideología marxista-leninista, sin dudar un solo segundo de que el comunismo es el porvenir de la humanidad.

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