miércoles, 26 de noviembre de 2014

ANÁLISIS MARXISTA DEL ESTADO (V)

Clase-Obrera

Por: Francisco Guacarán. (*)
Especial para TP
Con la desaparición de las clases, desaparecerá inevitablemente el Estado. La sociedad, reorganizando de un modo nuevo la producción sobre la base de una asociación libre e igual de productores, enviará toda la máquina del Estado al lugar que entonces le ha de corresponder: al museo de antigüedades, junto a la rueca y al hacha de bronce”. Este extracto de F. Engels, recogido por Lenin en su libro “El Estado y la Revolución”, concentra el objetivo central del proyecto revolucionario: la sociedad comunista.

Este planteamiento está muy lejos de la retórica banal politiquera, por el contrario, al estar sustentado en la fuerza científica del marxismo-leninismo, contiene las bases teóricas y prácticas suficientes para ser asumido por la clase obrera, la única clase social objetivamente interesada en la revolución socialista y la destrucción del Estado burgués.
Hemos visto entonces, en los anteriores artículos, cómo las otras clases sociales utilizan al Estado liberal-burgués para sus intereses políticos, sociales y económicos, con el firme propósito de garantizar la reproducción de la explotación capitalista y obstaculizar la organización y avance de las fuerzas populares-revolucionarias.
El marxismo-leninismo en debate contra la socialdemocracia ha desnudado su planteamiento reformista: utilizar al Estado burgués como una instancia que mejore las condiciones de vida del pueblo trabajador, redistribuyendo la riqueza y evitando el conflicto social, a través de progresivas reformas legales y administrativas, modificando o creando leyes e instituciones estatales de diverso nivel. Según los socialdemócratas, esta vía no violenta es el mejor camino para alcanzar el supuesto socialismo.
Enfatizamos este debate, sin menospreciar el que se plantea contra el anarquismo y otras ideas poco revolucionarias, por la penetración del planteamiento reformista en el seno del movimiento obrero y popular y sus nefastas consecuencias.
¿Cuál es la actitud entonces de la clase obrera hacia el Estado en general y el Estado liberal-burgués en particular? La cita de Engels recoge el primer aspecto: la estrategia del movimiento proletario es la construcción de la sociedad sin clases, la sociedad comunista, donde el Estado, como aparato de dominación de clases no tendría sentido alguno y se extinguiría.
Sin embargo, y en contraposición con el reformismo socialdemócrata, llegar hasta ese objetivo sólo será posible si la clase obrera y el pueblo trabajador asumen la ardua tarea de la construcción del socialismo, como fase de transición hacia el comunismo.
Y precisamente para esa tarea, la clase obrera no usa al Estado burgués, pero tampoco cae en las ingenuidades anarquistas de desprenderse de un poderoso instrumento que garantice el ejercicio del férreo control popular contra la reacción burguesa y demás lacras de la podrida sociedad capitalista. Para ello crea su propio Estado, ahora en manos de las grandes masas trabajadoras y su esfuerzo creador colectivo, para forjar la nueva democracia popular y revolucionaria, con novedosas estructuras y dinámicas acordes con los nuevos tiempos de liberación.
Tan sólo nos toca crear las condiciones necesarias para que la clase obrera, como vanguardia de la revolución socialista, dé el primer y fundamental paso para iniciar esa tarea: la toma del Poder político, indispensable condición para la destrucción del Estado burgués.
(*) Miembro del CR del PCV en Distrito Capital

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