jueves, 27 de noviembre de 2014

SALUD DE LAS Y LOS TRABAJADORES EN VENEZUELA (Y III)

salud-trabajo

La salud en el mundo del trabajo
Douglas Gómez. (*)
Especial para TP
Como concluimos en el artículo anterior, los indicadores de gestión que reflejan la Memoria y Cuenta del Inpsasel (de 2011 a 2013) no son muy alentadores, y poníamos como ejemplo, en primer lugar, la preocupante tasa de accidentalidad, morbilidad y mortalidad que hasta ahora se mantiene en un promedio de 61.256 accidentes de trabajo por año, y en segundo lugar, la baja sustancial en la actividad de formación a través del Plan Nacional de Formación (PNF), que pasó de 27.981 trabajadores/as atendidos en el 2011, a 18.461 en 2013.

En otras palabras, estamos hablando en promedio (según datos oficiales del Inpsasel), de más de 300 muertes al año por accidente de trabajo, y más de 35.000 trabajadores/ras con lesiones entre graves y moderadas que reducen sustancialmente la capacidad de trabajo (productiva) de cada uno de ellos y por ende su calidad de vida; sin tomar en cuenta el problema social que se genera en términos de costos para el precario sistema la seguridad social en nuestro país. Cabe resaltar que estas estadísticas oficiales no reflejan objetivamente la magnitud de este problema, pues todavía persiste la práctica, tanto en el sector privado como público, de no declarar todos accidentes de trabajo y las enfermedades ocupacionales.
Pero mas allá de estos indicadores, preocupa aún más que los aspectos de fondo que definen el carácter progresista y preventivo de una Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo no se hayan concretado todavía, haciendo ineficaz toda Política al respecto y, en consecuencia, inaplicables los contenidos más avanzados de la Lopcymat, agravando con ello la situación actual de la salud de las y los trabajadores.
Esto se expresa en la mora con la creación de instrumentos institucionales y normativos que faciliten la concreción de los contenidos de la Lopcymat, en especial los siguientes: a) Aprobación de un Plan Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo que viabilice los objetivos estratégicos de la Política Nacional; b) Aprobación de las Normas Técnicas referidas a la creación, organización y funcionamiento de los Servicios de Salud y Seguridad en Trabajo, de cuya ausencia se agarra la patronal para evadir sus obligaciones legales; c) Aprobación del Reglamento o Norma Técnica sobre las y los Delegados de Prevención (en sustitución de la Guía Técnica de Prevención GTP-1), cuya ausencia no facilita ni fortalece el proceso de participación protagónica de las y los Delegados de Prevención en el control de las condiciones y medio ambiente de trabajo; d)Aprobación del Reglamento Especial para la Determinación de la Clase y Grado de Riesgo de la empresa, mediante el cual se fijarían las tasas de cotización del Régimen Prestacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (RPSST); y e) La creación de los Fondos del RPSST, destinados a la cobertura de las prestaciones establecidas en la Lopcymat.
Hasta tanto no se concreten dichos instrumentos (y otros aspectos), la Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo vigente seguirá teniendo los mismos resultados de ahora y la situación actual de la salud de las y los trabajadores se seguirá agravando.
(*) Coordinador Nacional del Colectivo Clasista por la Salud y la Seguridad en el Trabajo “Pedro Ortega Díaz”

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