El Partido Comunista de los Estados Unidos ve con consternación a la declaración emitida el lunes por el presidente Barack Obama en la cual calificó a la situación en la Republica Bolivariana de Venezuela como “un peligro extraordinario para los intereses y política exterior de los Estados Unidos”, que merece la imposición de sanciones al gobierno venezolano.
La declaración del presidente vino después del arresto de un número pequeño de políticos y activistas ultra derechistas a quienes les han acusado de varios delitos tales como fomentar motines y confabulando para llevar a cabo un golpe de estado en contra del gobierno legalmente electo del presidente Nicolás Maduro.
Nuestro gobierno además de la prensa y los medios comunicativos controlados por las corporaciones, han menospreciado la idea de un complot golpista. Pero los pueblos latinoamericanos están muy enterados de la forma histórica en la cual los gobiernos estadounidenses, han ayudado activamente en llevar a cabo varios golpes violentos, por ejemplo en Honduras en 2009, en Haití en 2004, el Venezuela en 2002, y en muchas otras ocasiones. De modo que las inquietudes de los venezolanos tienen fundamentes en la realidad.
Tampoco es correcto que el gobierno estadounidense castigue con sanciones a funcionarios de un país soberano e independiente por haber llevado a cabo sus deberes bajo las leyes de su país.
Desde la elección de Hugo Chávez Frías como presidente de Venezuela 1998, aquel país una fuente grande de petróleo para los Estados Unidos, ha llevado a cabo programas que han mejorado tremendamente las normas de vida de las grandes mayorías su pueblo, además de elaborar relaciones internacionales beneficiosas para los países de América Latina, las Antillas y más allá. Esto se ve por parte de las voraces corporaciones estadounidenses y multinacionales, como una amenaza para sus intereses, y por lo tanto, una amenaza geopolítica. Esta es la única “amenaza” representada por Venezuela que jamás ha amenazado los intereses del pueblo de nuestro país.
Actualmente Venezuela atraviesa una etapa económicamente difícil. Posiblemente el gobierno estadounidense cree que esta situación puede aprovecharse para desestabilizar al país, con vistas a un cambio de régimen.
Eso en si es malo, pero nuestra administración también debe entender que este tipo de acción puede borrar con un solo golpe la buena voluntad internacional obtenida por su cambio de política hacia Cuba.
El Partido Comunista de los Estados Unidos deplora los ataques en contra de Venezuela y repudia la idea de que Venezuela representa una amenaza a los intereses legítimos del pueblo estadounidense. Repudiamos la imposición de sanciones e insistimos que sean eliminadas.
Saludamos a los gobiernos de América Latina y las otras naciones que ya se han denunciado esta escalada de intervenciones en los asuntos internos de un estado soberano e independiente.
El Partido Comunista de los Estados Unidos pide que nuestros militantes y amigos/amigas en el sector laboral, en el movimiento pro-paz, y en todos movimientos pro paz y justicia, a que levanten la voz en contra de las acciones de nuestro gobierno que producen una escalada de tensiones entre los Estados Unidos y Venezuela, por medio de correos electrónicos, faxes, cartas, telefoneadas y visitas a las oficinas de los congresistas y senadores además de la sede del Departamento de Estado y la Casa Blanca, y que difunden este rechazo al pueblo inclusive por medio de los medios masivos de comunicación.
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