Por: Edgar Meléndez. Especial para TP
A la burguesía pro-imperialista y a los sectores entreguistas dentro de las filas del proceso bolivariano, les conviene sembrar en la conciencia de las masas la conseja de que la actual y difícil coyuntura nacional significa el fracaso del “modelo socialista venezolano”. Por eso, desde 2005, cuando el Gobierno nacional empezó a hablar de la “construcción del socialismo”, y hasta nuestros días, el PCV ha hecho ingentes esfuerzos para explicar que en Venezuela no hay ni ha habido socialismo, sino que seguimos viviendo en un capitalismo cuyo modelo de acumulación es atrasado, rentístico e improductivo, y que además está en crisis desde hace mucho tiempo.
En estos 17 años ha habido condiciones favorables para construir un nuevo modelo económico nacional, superando los modelos de gestión pública sustentados en el rentismo petrolero, la falta de uso racional de grandes flujos de divisas, y una burguesía parasitaria.
De allí que, para no perdernos en lo enrevesado de esta realidad, el análisis objetivo de la realidad objetiva y las tareas que demanda hoy el proceso revolucionario venezolano no pueden ser de tipo práctico y coyunturales, sino que deben tener una visión estratégica desde la teoría y las concepciones de la clase obrera y de su misión histórica.
La teoría y planteamientos del PCV provienen del legado acumulado de los análisis y experiencias del marxismo-leninismo a lo largo de más de 100 años de combate al capitalismo para su superación revolucionaria, permitiéndonos afirmar –no por deseos sino basados en datos reales– que lo que está en crisis en el mundo es el capitalismo y que la única posibilidad de su derrota definitiva está en la construcción del Socialismo.
Como también lo enseña el marxismo-leninismo, crisis económica se expresa en crisis política. Por lo que basados en nuestro Programa y Línea Política –con la recaracterización que construyó nuestro 14º Congreso sobre el proceso venezolano–, el reciente 30º Pleno del Comité Central identificó los retos y tareas del PCV en la actual coyuntura, condensados en la orientación de acción política: «¡Confrontar, deslindar y acumular… para avanzar!»
Por eso, para vencer a los enemigos internos y externos, y ante el reto de disputar la dirección política del proceso, las y los comunistas tenemos claramente la tarea de impulsar y fortalecer los mecanismos de unidad y articulación de las fuerzas políticas y sociales que coincidimos en el objetivo estratégico del Socialismo.
Y hemos jerarquizado la tarea fundamental de construir una nueva correlación de fuerzas a través de un sólido bloque obrero-campesino-popular revolucionario que se coloque a la vanguardia del proceso de cambios, para defender las conquistas del pueblo, derrotar el zarpazo fascista y el reformismo entreguista, y avanzar a la toma revolucionaria del Poder.
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