jueves, 13 de noviembre de 2014

SOBRE LA IMPORTACIÓN, EXPORTACIÓN Y PRODUCCIÓN DE CARNES

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Por: Manuel Sutherland (*)
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), por importación de carnes (CIF) –con impuestos y fletes–, en 1998 se pagaron 9.069.946 dólares (US$); 10.380.351 US$ en 2003; y, en 2013, 1.976.631.858 US$. Es decir, de 1998 a 2013, se produjo un aumento de 21.693,21%, o lo que es lo mismo, aumentó 216 veces.

¿Y qué ha pasado con la exportación de carne? También según el INE (del capítulo 2 –carnes y otros despojos comestibles– de la cuenta “Exportaciones por capítulo, 1998-2012”), ha disminuido en un alucinante 99,36%.
Hay extrema dificultad para los ubicar datos sobre la producción de carnes; los retrasos en la publicación y las enormes diferencias entre la data de organismos oficiales, dificulta al extremo cualquier investigación. Por eso, para el aspecto de la producción hemos usado la data de la inefable Fedenaga, asociación burguesa que agremia a la mayoría de ganaderos de la nación.
Según esta patronal la producción de carne para el año de 1998 fue de 407 mil toneladas, para el año 2012 fue de 360 mil toneladas. Si son ciertos estos datos, ello quiere decir que hubo una sensible disminución de 12% en la producción. Por ende, podemos deducir que a esta producción nacional se le ha agregado la importación, lo cual implica que los anaqueles destinados a la venta de cárnicos deberían estar rebosantes. Ello implicaría una superabundancia, lo cual derivaría en una fuerte disminución del precio de la misma y un aumento de su consumo. Sin embargo, ha sucedido exactamente lo contrario.
Cuando el mercado nacional está “cubierto”, queda un excedente que tradicionalmente se exporta. Venezuela ha cubierto prácticamente en su totalidad la demanda interna de carnes con producción nacional, hasta el año 2003 donde la diferencia entre el valor FOB de lo exportado y lo importado en carnes ha pasado a ser alarmante.
Los ideólogos de la CEPAL, suelen llamar a esta diferencia “Grado de Soberanía Alimentaria”, o un sucedáneo. En el caso de nuestra carne, podemos notar la muy negativa evolución de la exportación y el preocupante ritmo importador de la misma.
Veamos en el siguiente Gráfico (con base en el INE: Valor FOB de las Importaciones y Exportaciones; cruzada con el sistema de consulta del comercio exterior en la página web del INE), la diferencia entre los egresos por importación y los ingresos por importación (en US$):
sutherland-grafico-245Como bien se puede apreciar, la diferencia entre el valor en US$ de las importaciones y exportaciones de carnes era extremadamente pequeña. Sin embargo, esa diferencia se ha disparado completamente a partir del año 2007, alcanzando su pico en el 2008. En el último dato disponible (2013), vemos lo terriblemente negativo que es el indicador que comentamos, y que alcanza la cifra de -1.708 millones US$. Mientras que las exportaciones totales alcanzaron la escuálida suma de 17.220,12 US$.
Es de destacar que el monto en US$, de la diferencia entre importaciones y exportaciones, equivale, por ejemplo, a 17 aviones Air Bus con capacidad para 180 pasajeros, que bien pudieran solucionar los graves percances que atraviesa nuestra aviación comercial.
(*) Asociación Latinoamericana de Economía Política Marxista

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