Por: Edgar Meléndez. Especial para TP
Miembro del Comité Central del PCV
Al menos desde su 6º Congreso Nacional, realizado en 1980, el PCV ha resaltado la necesidad de trascender revolucionariamente el modelo económico rentístico venezolano por uno que desarrolle las fuerzas productivas, para darle base material a la aspiración de construir el Socialismo en nuestro país, lo cual pasa por apartar a Venezuela del rol que tiene asignado en la división internacional del trabajo.
No es poco el esfuerzo que nuestra organización ha dedicado en años recientes a profundizar sus análisis políticos desde el estudio de la economía nacional, lo cual ha llevado no sólo a corroborar la justeza del enfoque sobre la realidad nacional y la estrategia para su transformación revolucionaria –contenido en el Programa del 6º Congreso–, sino que reafirma los casi cotidianos llamados que hemos hecho desde el PCV para que el “proceso bolivariano”, como proceso inscrito en la larga lucha por la Liberación Nacional, atienda de manera urgente lo económico.
Se requiere superar las deformaciones del atrasado capitalismo periférico venezolano por un modelo que, si bien no será socialista (por aquello de que el Socialismo sólo lo construye la Clase Obrera en el poder), brinde condiciones favorables para la conquista de esa Liberación Nacional que con diversos nombres y enfoques está contenida como objetivo del proceso en al menos dos planes nacionales de gobierno.
En los análisis y opiniones del PCV sobre la difícil realidad por la que atraviesa el país, hemos señalado que la misma obedece fundamentalmente a una “crisis del modelo de acumulación en Venezuela”; dicho de otra manera, el modelo rentista, monoproductor y multiimportador está agotado, ya no está siendo capaz de garantizar a mediano plazo la redistribución de la renta petrolera a favor del pueblo como se ha hecho desde el año 1999.
Como bien lo han señalado documentos internos y públicos de nuestra organización, así como extensos trabajos publicados enTribuna Popular, lo anterior es debido a la conjunción de una serie de complejos factores económicos y políticos, nacionales e internacionales (“facilitados” por serias deficiencias internas como ya se señaló en las conclusiones del reciente 26º Pleno del Comité Central).
Pero el complejo cuadro económico nacional, con sus inseparables consecuencias políticas, puede y debe servir de oportunidad para el fortalecimiento de los sectores auténticamente revolucionarios del proceso, denunciando no sólo la pretensión del imperialismo y sus operadores nacionales de retomar sus privilegios y barrer las conquistas populares alcanzadas durante estos 16 años, sino también la necesidad de una profunda y urgente transformación del modelo económico nacional desde una concepción revolucionaria con participación protagónica, real y efectiva de la Clase Obrera y el pueblo trabajador.
Sabemos que este anhelo y necesidad no se conquista sin claridad política revolucionaria, sin organización y sin acumulación de fuerza; por eso el PCV plantea y trabaja por la construcción de espacios de articulación de los sectores más consecuentes, priorizando la centralidad hacia la Clase Obrera e impulsando iniciativas orgánicas como el Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora (FNLCT), para una nueva correlación de fuerzas favorable al pueblo venezolano y a sus intereses históricos más altos.
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