jueves, 15 de octubre de 2015

HAY QUE SUPERAR EL RENTISMO (Y III)

Desarrollo-Productivo-Sidor-IMAG

Por: Edgar Meléndez. Especial para TP / Miembro del Comité Central del PCV
El rentismo no sólo es contrario a la producción sino una consecuencia de la falta de ella. Ateniéndonos al enfoque materialista de la historia, el trabajo como transformación de la naturaleza para satisfacción de las necesidades es la base de toda formación socio-económica, por ello el rentismo imposibilita la construcción de una sociedad desarrollada.
Nuestro modelo económico –rentístico, monoproductor y multiimportador– ya es incluso difícil ubicarlo dentro del marco del capitalismo, por lo que mucho menos sirve para la construcción del Socialismo sin el previo desarrollo de las fuerzas productivas –en términos económicos– y sin la conducción política de la clase obrera.
Aun reconociendo lo complejo y multifactorial de las actuales condiciones en que se desarrolla el proceso bolivariano, es innegable, como lo ha afirmado el PCV, que el meollo del asunto es la crisis de nuestro modelo económico. Debe superarse revolucionariamente ese modelo para poder hablar de una patria soberana; así lo dijimos en el 6º Congreso (1980) y con más razón en el marco del actual proceso bolivariano explicando que sin esa transformación no sólo no será posible la liberación nacional sino que corren riesgo las conquistas populares de estos 16 años por no ser sustentables en el tiempo.
Claro está que la sola transformación de un modelo improductivo a uno productivo no garantiza el Socialismo, pero si esa transformación es impulsada por un gobierno antiimperialista, antioligárquico y popular (como el que tenemos desde 1999) podría servir para la generación de condiciones objetivas y subjetivas para el salto cualitativamente revolucionario que es la conquista del Poder por la clase obrera, signado por el desarrollo de las fuerzas productivas y el establecimiento de relaciones socialistas de producción.
Para todo lo anterior no sólo hemos hecho propuestas políticas y económicas muy concretas lanzadas al debate público, como las contenidas en el documento que denominamos “Nueva y Revolucionaria Política Económica”, sino que además estamos proponiendo un serio y profundo debate sobre el modelo económico venezolano que permita construir una plataforma de acción revolucionaria para su transformación.
La historia no deja margen a la duda, las transformaciones revolucionarias de la sociedad se han manifestado siempre en última instancia en la esfera de lo político y se resumen en el asunto central de qué clase tiene el Poder; sin embargo, bien enseñan los clásicos del marxismo-leninismo que éstas se van gestando lentamente pero sin pausa en la base económica.
El modelo económico venezolano está agotado, las y los revolucionarios debemos poner todo nuestro esfuerzo, talento y trabajo en lograr urgentemente su transformación para consolidar la soberanía política y resolver las causas estructurales de los graves problemas de desabastecimiento, especulación e inflación, con participación protagónica del pueblo trabajador.

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