lunes, 19 de septiembre de 2016

DECLARACIÓN DE PCU ANTE LA GRAVE CRISIS INSTITUCIONAL Y POLÍTICA EN EL MERCOSUR


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Ante la grave crisis institucional y política en el Mercosur

Ante la decisión adoptada en el MERCOSUR sobre Venezuela, violentando toda la institucionalidad del bloque regional, votada por Argentina, Brasil y Paraguay, con la abstención de Uruguay, el PCU considera necesario expresar y fundamentar públicamente su posición, sostenida en todos los ámbitos políticos donde hemos tenido participación.
El PCU rechaza la resolución adoptada y discrepa con la decisión de nuestro gobierno de abstenerse.
Esta nueva manifestación de la grave crisis institucional y política del MERCOSUR no es un hecho aislado, ni puede analizarse como tal. Es parte de la contraofensiva del imperialismo y las derechas para asegurar el alineamiento del continente con el ajuste global en marcha.
Una de las manifestaciones concretas de esa contraofensiva es la decisión de desmontar los instrumentos de integración y unidad continental construidos en esta última década, espacios inéditos de autonomía política y económica.
Hay una decisión de volver al Panamericanismo. Esto implica reducir a su mínima expresión o directamente destruir a la UNASUR y la CELAC y también alinear al MERCOSUR en esa perspectiva.
La ofensiva política y diplomática de los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay, tiene el doble objetivo de: aislar y profundizar la crisis política en Venezuela, y, a la vez, retrotraer el MERCOSUR a la concepción de un espacio meramente comercial, funcional a una inserción internacional subordinada a EEUU.
Un MERCOSUR debilitado, debilita al continente en su conjunto, y facilita la estrategia de impulsar TLC, y particularmente, la nueva gran iniciativa de EEUU, una vez derrotados el ALCA y el TISA, incorporar a nuestros países a la Alianza del Pacífico y al acuerdo Transpacífico.
Los cuestionamientos a Venezuela son políticos e ideológicos, por eso hay que enfrentarlos, no tienen ninguna justificación institucional. Argentina, Brasil y Paraguay, con gran amplificación en la OEA, buscaron primero cuestionar la legitimidad democrática del gobierno venezolano, como no lo lograron, implementaron una segunda fase, que fue invocar incumplimientos en la normativa común del MERCOSUR, para aislar a Venezuela, y en lo posible expulsarla del bloque.
Una muestra clara de estos objetivos políticos, es que se eligió el momento en que en Venezuela se realiza la 17 Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, para dar a conocer esta decisión. La intención fue golpear a Venezuela en el momento que preside los No Alineados, la UNASUR y el Mercosur.
En lo estrictamente institucional, hay un doble rasero evidente en el discurso y la práctica de Argentina, Brasil y Paraguay. Venezuela aún no terminó el complejo proceso de adoptar y cumplir toda la normativa común del MERCOSUR, pero ha adelantado más que ningún otro país del bloque en ello y ha mostrado su disposición a culminarlo. Por otra parte, tampoco cumplen con toda la normativa ni Argentina, ni Brasil, ni Paraguay, y los dos primeros países registran, en sus prácticas comerciales, flagrantes violaciones a la normativa vigente.

En lo referente a la perspectiva estratégica, es clara la intención de golpear al propio MERCOSUR. La conformación de espacios fuertes de integración, económicos y políticos, es vital para enfrentar a las grandes potencias capitalistas y pelear por una inserción internacional soberana, en todos los planos. Precipitar la crisis política e institucional del MERCOSUR, quitarle el peso que tiene Venezuela como país petrolero y de enormes reservas naturales, perjudica a nuestros países y a nuestros pueblos.
En lo atinente a lo político e ideológico, es imprescindible señalar que quienes cuestionan a Venezuela son el gobierno de la oligarquía argentina, que encarna Mauricio Macri; el gobierno golpista de la oligarquía brasileña, carente de todo respaldo popular, envuelto en una crisis política y económica enorme, y el gobierno, también surgido a partir de un golpe de Estado, de la oligarquía paraguaya.
Por otra parte, en el proceso de adopción de esta última decisión, se violentó toda la institucionalidad del MERCOSUR, haciendo actuar un inexistente “Grupo de Fundadores”, al margen de todas las instancias formales y violando todos los procedimientos previstos en el bloque. Esto es grave por sí mismo, pero lo es mucho más, si asumimos que la única garantía real que tiene Uruguay, por su peso relativo en el bloque, es que se cumpla con la institucionalidad prevista. Avalar estos procedimientos, solamente sustentados en el poder de quienes los impulsan, implica graves riesgos para Uruguay en la perspectiva futura.
Nuestro gobierno no avaló la intención de expulsar a Venezuela, ni de impedir que asumiera la presidencia, ni se prestó a las maniobras más burdas de provocación, encabezadas por Paraguay y el gobierno golpista brasileño. Eso es cierto y hemos apoyado públicamente esa actitud.
Pero esta línea de conducta queda cuestionada al decidir, en esta oportunidad, abstenerse. Por supuesto no es lo mismo que votar a favor, y en cuestiones de Estado y relaciones entre Estados los matices no son irrelevantes, tampoco lo son para nosotros; pero en términos prácticos implica habilitar a que este proceder violatorio de todas las instancias del MERCOSUR, de consecuencias graves, se consolide.
El programa del Frente Amplio es meridianamente claro en torno a la defensa de la integración regional como una necesidad del presente, y también, de la perspectiva estratégica.
Somos conscientes que es necesaria una táctica política y diplomática de alta complejidad en esta situación mundial y en esta nueva correlación de fuerzas regional.
Pero estamos convencidos, como lo muestra dramáticamente Brasil, que no es cediendo a las presiones y chantajes, que existen y son muy fuertes, que defenderemos las conquistas alcanzadas y una perspectiva histórica de democracia y justicia social para nuestros pueblos.
Por todo ello, hacemos pública nuestra postura e impulsaremos en todos los ámbitos, Gobierno, Frente Amplio y organizaciones populares, iniciativas políticas para revertir esta situación.
Comité Ejecutivo del Partido Comunista de Uruguay

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