jueves, 30 de octubre de 2014

ESFUERZOS POR ELIMINAR MILLONES DE DESEMPLEADOS

buscan trabajo

Por Cira Rodríguez César *
La Habana, 30 oct. 2014, Tribuna Popular TP/PL.- Las desigualdades sociales y económicas, en sus múltiples formas, están aumentando como una de las peores consecuencias de la crisis económica global dada la elevada concentración de las riquezas en pocas manos, pues el 10 por ciento más acaudalado posee el 86 por ciento del total de los activos del mundo.

Como buena noticia para los interesados en la equidad, este patrimonio aumentó menos en América Latina y el Caribe que en el resto del mundo.
Pero frente a esas noticias está la realidad de otros 167 millones de mujeres y hombres en la región que trabajan, pero sus ingresos no les permiten ni a ellos ni a sus familias superar el umbral de la pobreza de los dos dólares al día por persona.
También persiste el trabajo forzoso, en su intento por escapar del desempleo y la pobreza en sus lugares de origen, muchas personas caen en manos de traficantes de seres humanos, quienes los someten a formas modernas de esclavitud.
Recientemente, el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, afirmó que “es muy importante que desde las Américas mandemos al mundo el mensaje de que no hay desarrollo que merezca el calificativo de humano sin trabajo decente y la democracia sólo se fortalece si hay mejores empleos para todos”.
Esa misión que se le solicita a la región tiene alentadoras señales pues la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la oficina regional de la OIT pronostican una disminución del desempleo en América Latina y el Caribe, a pesar de la desaceleración económica que viven
Dichos organismos prevén una reducción a 6,0 o 6,1 por ciento desde el 6,2 por ciento de 2013. Ambos explicaron que no se espera en 2014 una reactivación de la generación de empleo, aunque una menor participación laboral -es decir, la proporción de la población en edad de trabajar-, permitiría la caída en la desocupación.
De acuerdo con el informe Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, si bien los datos por países muestran una elevada heterogeneidad, a nivel regional la tasa de ocupación -relación entre la población ocupada y el número de personas que integran la población en edad de trabajar- continuó durante el primer semestre del año el descenso iniciado en 2013.
Ello denota una caída interanual que la situó en 55,7 por ciento en comparación con el 56 por ciento anotado en el mismo período del año pasado, debido principalmente al debilitamiento de la generación de empleo asalariado.
“Atendiendo a estas circunstancias, y por paradójico que pueda resultar, el descenso de la tasa de desempleo no es una noticia enteramente positiva… La caída de la participación laboral que está detrás del desempleo decreciente impacta la autonomía económica de una proporción cada vez mayor de la población, especialmente de las mujeres”, señalaron Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, y Elizabeth Tinoco, directora regional de la OIT, en el prólogo del documento.
Señala el texto que después de la crisis de 2008-2009 la formalización del empleo siguió en aumento, lo que no solo favoreció una mayor inserción productiva de muchas mujeres sino también contribuyó a reducir la brecha de los ingresos laborales entre los ocupados con menores y mayores niveles de escolaridad.
Entre 2009 y 2013 los puestos de trabajo formales crecieron 12,7 por ciento, mientras que el empleo informal lo hizo solo en 2,6, en tanto, la distribución del ingreso total (empleo formal e informal) mejoró 0,62 puntos porcentuales entre los dos años mencionados.
JÓVENES SIN TRABAJO NI ESTUDIOS
Latinoamérica tiene hoy en sus estadísticas 20 millones de jóvenes entre 15 y 24 años de edad sin trabajo y estudio, cifra que equivale al 20 por ciento del total de jóvenes que viven en la región., que sumaban en 2012 cerca de 108 millones de personas.
Tales cifras muestran que el desempleo en ese sector poblacional se redujo en la región desde 16,4 por ciento en 2005 a 13,3 por ciento en 2012. Sin embargo, la tasa de desempleo juvenil triplica la del desempleo adulto.
De acuerdo con el experto de la OIT, Guillermo Dema Rey, la mayor tasa de jóvenes que no estudian ni trabajan se encuentra en Honduras, seguido de El Salvador, Colombia, Guatemala, México y República Dominicana.
“Uno de cada 20 jóvenes que vive en la región no estudia, no trabaja, no desempeña quehaceres en el hogar ni tampoco busca trabajo, grupo que se encuentra en una condición de alto riesgo social”, precisó.
Agregó que de los 108 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años de edad que viven en la región, el 55 por ciento se encuentra trabajando, pero la mayoría (57 por ciento) sin un contrato laboral formal y, por ende, sin cobertura social.
A ello se añade que del total de jóvenes que no estudian ni trabajan, el 70 por ciento son mujeres que se dedican a realizar tareas domésticas, mientras que seis de cada 10 empleos para ese grupo etáreo se encuentran en el sector informal de la economía, por lo que se trata de empleos precarios y de baja productividad.
Dentro de ese panorama los sectores donde se concentran los trabajos son comercio, servicios e industria.
FORMALIDAD LABORAL, UN RETO PARA LATINOAMERICA
A pesar del aumento en el índice de formalidad laboral en América Latina y el Caribe, 130 millones de personas son hoy víctimas del empleo informal, casi siempre al servicio de instituciones privadas y carentes de acceso a los derechos laborales básicos para recibir un salario inferior al mínimo estipulado y quedar exentos de la seguridad social.
Afirma la OIT que no obstante se registra un aumento de la formalidad, lo cual ha beneficiado especialmente a los asalariados, a los trabajadores con niveles de escolaridad intermedios y a las mujeres.
Sin embargo, el trabajo informal a nivel regional representa el 46,6 por ciento del empleo general, una de las tasas más altas de este problema en el mundo, debido a los modelos productivos y las condiciones de dotación de empleo que existen en cada uno de los países.
Aun así la OIT reconoce que América Latina ha sido líder en la reducción de esta situación.
Luego de la crisis de los años 2008-2009 la formalización laboral fue en ascenso, lo que favoreció la inserción de muchas mujeres al mercado laboral y contribuyó a reducir la brecha de los salarios entre los empleados con diferentes niveles de escolaridad, destacan la CEPAL y la OIT.
Al respecto el presidente peruano Ollanta Humala afirmó recientemente en la 18 Reunión Regional Americana de la OIT, que para alentar la creación de trabajos decentes y establecer condiciones laborales acordes con los principios consagrados por la OIT, es preciso y urgente atacar el problema de la desigualdad con políticas públicas inclusivas.
En su opinión se deben mejorar o crear nuevos mecanismos que generen equilibrio en los mercados laborales de forma más justa y equitativa para los trabajadores y las empresas.
Tal idea es respaldada por la OIT al considerar que el trabajo formal significa crecimiento, inclusión social y desarrollo sostenible, algo válido para todos los países.
*Periodista de la redacción de Economía de Prensa Latina

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