miércoles, 4 de marzo de 2015

EL GOBIERNO DE MADURO ES EL CENTRO DEL ATAQUE IMPERIALISTA DE EEUU

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Por Diego Olivera Evia, enviado por Barometro Internacional
Al desarrollar este nuevo artículo sobre la realidad de Venezuela, luego de estar en Panamá por motivos familiares, y ver las publicaciones en sus medios de prensa, como un pasquín llamado El Venezolano, una copia del Universal en su diseño gráfico, pudimos observar la misma campaña de mentiras, que desarrollan el País de España y de Uruguay, como el Herald de EEUU, la imagen de un gobierno al borde de la derrota, siendo el centro del ataque el presidente constitucional Nicolás Maduro, tratando de desvirtuar su gestión y el verdadero eje de la guerra, los intereses imperialistas del gobierno de Barak Obama, sobre el petróleo venezolano.
El constante yo no fui, yo no soy parte de esta campaña desestabilizadora, de los funcionarios de EEUU, muestran la mayor hipocresía de los gringos, retomando al apodo de este modelo guerrista, en la invasión a México a principios del Siglo XX, robándole a esta nación la mitad de su territorio, siendo el primer antecedente la guerra en Cuba a finales del siglo XIX y la anexión de Puerto Rico, como Hawái, y otras naciones, como botín de guerra, serian interminables las agresiones a naciones latinoamericanas, como planes golpista realizados en Chile, Uruguay, Argentina, Paraguay, Brasil, donde documentos desclasificados de EEUU, demuestran una vez más la intervención estadounidense.
En estas acciones de la Agencia Central de Inteligencia Americana (CIA), como el brazo ejecutor, asesorando a militares en torturas, como en acciones de desapariciones, ejecuciones, pero el artífice de esta guerra sucia, fue Henry Alfred Kissinger, un político germano-estadounidense de origen judío, que tuvo una gran influencia sobre la política internacional, no solo de Estados Unidos con respecto a los demás países. Ejerció como secretario de Estado durante los mandatos presidenciales de Richard Nixon y Gerald Ford, jugando este papel preponderante en la política exterior de Estados Unidos entre 1969 y 1977 y fue consejero de Seguridad Nacional durante todo el mandato inicial presidencial del primero.
La historia se ha encargado de demostrar, su participación con la intervención de la CIA en varios Golpes de Estado sucedidos en Latinoamérica durante la década de 1970. Sus críticos lo han caracterizado como el ideólogo de los genocidios sistemáticos de grupos políticos, estando ligado a varios regímenes dictatoriales latinoamericanos, tales como el gobierno militar de Augusto Pinochet o el  Proceso de Reorganización Nacional de Argentina, así como por ser el responsable de planes represivos como lo sería la Operación Cóndor, cuya célula de origen habría sido la Escuela de las Américas. Todo esto motivo que existieron numerosas iniciativas, para conseguir su procesamiento ante instancias judiciales internacionales, así como la retirada de su Premio Nobel, similar al entregado a Barak Obama, hoy parte del genocidio en Libia, Siria, Ucrania, entre otras acciones de destrucción masiva.
El gobierno de Maduro es el centro del ataque imperialista de EEUU
Parte de estos antecedentes tratan de demostrar el carácter imperialista de EEUU, que no acepta conductas diferentes a sus intereses expansionistas, hoy el eje de su conspiración en América Latina, está situada en la revolución bolivariana, centrando su ataque en la figura del presidente Maduro, como el enemigo principal, si bien aplican sus sanciones a decenas de funcionarios, de esta nación por tener una visión diferente de democracia y de sociedad.
Pero la violencia demostrada en 16 años de revolución, contra las instituciones y la figura del comandante y presidente eterno, Hugo Chávez Frías, han sido negadas por la derecha fascista, de manera descarada, porque el mismo documento presentado, como gobierno de transición por el trio golpista, de los  detenidos Leopoldo López, Antonio Ledezma (Alcalde Metropolitano), como la ex diputada María Corina Machado, es una vil  copia de la presentada en el golpe del 2002, por el golpista Ernesto Carmona, que solo duro 48 horas en su asonada, acciones apoyadas por EEUU, será que las distintas administraciones estadounidenses, son tan hipócritas que niegan la verdad, multiplicando la mentira al mejor estilo nazi.
Los videos y los interrogatorios a los detenidos del reciente golpe de febrero, muestran fehacientemente la participación de Ledezma y Machado, pero también revelan una vez la participación del obscuro diputado Julio Borges, quien fue señalado por los militares detenidos, como el que decidió los objetivos a bombardear, que si bien hay edificios públicos, entre ellos casa de gobierno, la televisora TELESUR, son centro poblados por miles de familias venezolanas. Lo que deja claramente demostrado el carácter antidemocrático de esta derecha, pero la complicidad y la indiferencia de la denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que solo espera una guerra civil, para imponer la presencia de EEUU, porque es una burguesía que vendió las riquezas de la nación a las trasnacionales, hoy rescatadas por la revolución bolivariana.
Los medios internacionales de prensa al servicio de la guerra sucia
Al inicio del trabajo hablamos de una breve visita a Panamá, centro junto a Miami, de la oposición venezolana, que ridículamente todos se creen asilados, pero que son repetidoras de la mentira de los medios, sobre la realidad venezolana, y cuando le damos un argumento sencillo, sobre la realidad, en el marco de las dificultades de la guerra económica, como los intentos de golpe, nos tildan de ilusos o mentirosos. Pero ellos desconocen que se han enfermado de una doctrina de masas, originada y multiplicados por las corrientes fascista europeas, como la doctrina de la revoluciones naranjas, donde el odio hacia los sectores populares, como a las ideas democráticas y populares.
En este marco de reflexión nos pareció importante citar a José Vicente Rangel, en su espacio de los lunes, donde “alertaba que en medios de comunicación se agita el fantasma de un estallido popular”, a lo que ampliaba al manifestar que “La imagen del país que se proyecta al exterior es deplorable. Mientras el país está en calma, la visión que de él se difunde, mediante hábiles y permanentes campañas mediáticas, es que se cae a pedazos. Que la gente se mata en las calles, que no hay comida, que no se puede hablar, que impera el temor en la colectividad y que el gobierno es una dictadura que oprime de manera implacable”.
Ante esta realidad Rangel afirma que “Parte fundamental de esa campaña es la difusión de la versión de que los venezolanos están desesperados por abandonar el país, buscando seguridad y trabajo en otras naciones. La campaña se centra especialmente en los jóvenes, a los que se les desestimula y al mismo tiempo son alentados para que busquen la forma de irse al exterior. En fin, se trata de una campaña no solo desestabilizadora sino que amenaza valores fundamentales de un pueblo, como son la cohesión interna, el apego a la patria y la voluntad de colaborar en el destino nacional”. A lo  que agrego, el periodista mostrando otra verdad, es que “En tanto, dentro de Venezuela la gran mayoría no se va. Miles de jóvenes, de profesionales, de empresarios, de comerciantes prefieren luchar y trabajar dentro del país, y rechazar con su actitud el mensaje pesimista. Creen en Venezuela. Tienen fe en el destino nacional. Y el tiempo dirá quién tiene la razón, si los que se van o los que se quedan”.
Este análisis de Rangel muestra una vez más la hipocresía, de los medios de prensa privados, tanto nacionales como internacionales, donde ávidos empresarios de los monopolios de prensa, abren el camino para la caída de gobiernos de izquierda o progresistas. Para así dominar el mercado internacional, usando a miles de opositores de clase media, con ínfulas de llegar a ser grandes empresarios, como carne de cañón, de las guarimbas, de la guerra económica, como organizando golpes militares, hechos obviados por los medios, para que una gran Burguesía oligárquica, venda sus naciones al precio de su riquezas personales.
diegojolivera@gmail.com

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